Si la final de los 200 metros estilos me sorprendió por algo no fue por Michael Phelps, sino por Laszlo Cseh. Laszlo hizo una carrera memorable por su coraje y su sangre fría. En todo momento nadó como si estuviera convencido de que podía ganar a Phelps. Hizo un tiempo muy bueno y consiguió su tercera medalla de plata. Junto al relevo femenino de 4×200, Kis Gergo, que nadó la final de 400 estilos, y Daniel Gyurta, que lo hizo muy bien en los 200 braza, compone un equipo tan reducido como sólido.
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