Michael Phelps se ha quedado a una décima de segundo de batir el récord del mundo de los 100 metros mariposa. Además de demostrar que es el mejor nadador que ha habido, ha quedado claro que tiene una suerte increíble. Milorad Cavic le había ganado. Estaba a dos centímetros de llegar y Phelps todavía no había sacado los brazos desde atrás. Estaba perdido. Pero Cavic, cuando estaba a punto de tocar la pared, ha levantado la cabeza y los pies. Esto va contra la norma.
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